Así lo manifestó el expresidente de la Federación Nacional de Productores de Arroz, (Fenarroz), Oliverio Espaillat.

Para el 2012 los arroceros habían abogado por un  plan conjunto entre las autoridades y el sector arrocero que permita hacerle frente a estos desafíos, según destaca una nota de prensa de la Presidencia.

Destaca que tras una visita sorpresa del presidente Danilo Medina su historia cambió, ya que los nuevos equipos les permiten tener mayor rendimiento en la producción.

El Cibao Central produce el 68% del arroz que se produce en la República Dominicana.

El reto de los arroceros de esa zona es brindar cada vez mayor calidad porque el consumidor lo demanda.

Hoy Oliverio Espaillat, también, miembro de la Cooperativa de Servicios Múltiples de los Arroceros (COOPEARROZ), afirma que:

“La vida de los productores antes era más complicada, había que trabajar de una manera más difícil el campo. Ya hoy tenemos las nuevas tecnologías donde podemos sembrar el arroz sin ni siquiera, necesitar agua. Con la tecnología logramos reducir los costos, trabajar de una manera más fácil y ser más eficiente. La producción después del 2012 está más estable”.

El comunicado indica que los productores de arroz han recibido apoyo del gobierno para los procesos de mecanización, pignoración, préstamos a bajas tasas y financiamiento de equipo de 5 a 6 años.

“El Gobierno apoya el Seguro Agropecuario para que los arroceros tengan su capital asegurado, ante cualquier evento natural”,  indicó la nota de prensa.

De acuerdo a Herman Despradel, Administrador de la Procesadora de Arroz Yuna, la producción de arroz está en un punto de evolución, cambiando de lo tradicional a lo moderno.

La mecanización de la siembra y la cosecha, mejor nivelación y riego en las tierras arroceras, el financiamiento y la pignoración respaldada por la banca pública, han permitido cosechas más rentables.

El Seguro Agropecuario es un instrumento mediante el cual los productores agropecuarios pueden proteger sus inversiones, ya sea con recursos propios o de crédito, de manera individual o colectiva, amparándose contra riesgos naturales de origen climático o geológico, tales como: exceso o déficit de lluvias, inundaciones, vientos fuertes, heladas, granizadas, deslizamientos y avalanchas; y los riesgos biológicos (enfermedades y plagas), ajenos a su voluntad, y que son eventos fortuitos.

Afirman que el 2019 será todavía mucho mejor para ellos porque ya que cuentan con mejor tecnología y más producción.