¿Un colegio de comunicadores?
Oscar
López Reyes
La comunidad universal ha estado transitando por la expansión y liberación de mercados, por una apertura democrática y la planetarización de una infraestructura tecnológica, centrada en la instantaneidad tecnoeconómica. Esos cambios han ido aparejados de una mediamorfosis, con la consiguiente versatilidad en el ámbito de la comunicación. La emergencia y el protagonismo colectivo de la comunicación, cobijada en la informática, el audiovisual y las telecomunicaciones, deparan múltiples teorías y carreras universitarias, que atraen y fascinan a los jóvenes con más vocación, sensibilidad social, disposición de interrelacionarse y anhelo de incorporarse al mercado de trabajo. Para satisfacer esos requerimientos y coadyuvar con la forja profesional de los demandantes, las universidades abrieron escuelas de periodismo, luego departamentos de información pública y ahora facultades de comunicación social, independizándose de las tradicionales facultades de humanidades y ciencias sociales. Las unidades académicas no cesan en su exposición y profundización de la epistemología, como validación de la hermenéutica para la más apropiada interpretación de los conocimientos societarios, en la dirección de estructurar contenidos informativos y otros mensajes creativos.
Estos
son transmitidos para medios de comunicación, instituciones gubernamentales,
empresas privadas, entidades de interés social, agencias de comunicación y
marketing, organismos internacionales y centros docentes. los entretelones
explicativos de las complejidades del lenguaje, cimentado de las ciencias de
comunicación social, han sido fundamentadas y son impartidas con pompas más de
30 ofertas de post-grados, superadas numéricamente sólo por las ciencias
médicas.
Entrecruzando
la filosofía, el discurso, la retórica, la estilística, la dialéctica, la
literatura, el pensamiento lógico, condensación de la disciplina hermenéutica,
en las facultades de comunicación social decantan las siguientes diez carreras
básicas: 1.- Periodismo 2.- Publicidad 3.- Relaciones públicas 4.-
Cinematografía. 5.- Producción audiovisual 6.- Comunicación digital 7.- Diseño
gráfico 8.- Locución y oratoria 9.- Fotografía e imagen digital 10.- Comunicación
El
periodismo sigue en el vanguardismo, aún con el auge digital. Se fragmenta en
tres longitudes: 1) por los soportes técnicos o canales (prensa escrita,
radial, televisiva y digital), 2) por los contenidos o fuentes, y 3) por grados
académicos. Tenemos, conforme la fuente o el contenido, las áreas
especializadas de periodismo legislativo, judicial, policial, espectáculos,
político, agropecuario, ecológico o ambiental, laboral, cultural, educativo,
científico, salud, económico, turístico, moda, gastronómico, ciudadano, de
guerra y deportivo.
Este
último realza como el más multiplicado, con más de dos decenas de
subespecialidades: beisbol, baloncesto, volibol, boxeo, fútbol, nación, tenis,
gimnasia, ecuestre, judo, taekwondo, ciclismo, balomano, tiros, hípica,
taurismo, triatlón, vela, etc.
En
convergencias interdisciplinarias, las academias imparten diplomados,
especializaciones, maestrías y doctorados: investigación aplicada a la
comunicación, diseño y formulación de estrategias de comunicación, gestión de
la comunicación política y electoral, diseño de acciones comunicacionales
comunitarias, multimediatización de la cultura, gestión y desarrollo de
proyectos educativo-multimedia, auditoría de imagen y comunicación para
integración regional. También enseñan comunicación y cambio social,
comunicación, ciudadanía y participación social, creación y desarrollo de
campañas públicas, comunicación para el desarrollo, manipulación mediática
discursiva, compendio de textos y volúmenes mediáticos, planeación y control de
multimedia, comunicación alternativa y popular, educomunicación y derecho de la
comunicación, entre otras. Estas temáticas apuntan en que derivarán, en el
porvenir, en futuras carreras básicas. Bien. la funcionalidad del construccionismo
organizativo gremial, ¿procede o no la conversión del Colegio Dominicano de
Periodistas (CDP) en un Colegio de Periodistas y Profesionales de la
Comunicación Social?, como se propone en un documento auspiciado por la actual
directiva de la entidad representativa de los periodistas dominicanos. Por
predios limitadísimos rueda un anteproyecto modificador, escrito aparentemente,
por un abogado no gremialista, que confunde la gimnasia con la magnesia. Mezcla
indiscriminadamente la misión-visión de un colegio profesional con la libertad
de expresión y difusión del pensamiento. ¡Válgame Dios! Respecto al Colegio de
Comunicadores Sociales, basta decir que no podemos complicar el cuadro gremial
de los periodistas, en un brebaje de macos y cacatas. Si no se ha podido
compactar a este sector, menos a la comunicación en su conjunto. El que mucho
abarca, poco aprieta. Ya los relacionistas públicos, locutores, publicistas,
fotógrafos, camarógrafos, productores de programas de radio y televisión, y
otros sectores cuentan con sus gremios, que precisan ser fortalecidos. Plantear
un Colegio de Comunicadores Sociales significa acelerar el descalabro no solo
del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), sino de todas estas
organizaciones. Más conviene la creación de una Federación de Organizaciones de
la Comunicación Social, que las agrupe a todas. En la llamada era de la
post-verdad, el periodismo de calidad y ético-profesional ha estado siendo
quebrantado por la improvisación y las falsedades, por la desinformación, la pérdida
de publicidad, el exceso de visibilidad de las redes sociales y la debilidad de
las organizaciones representativas. ¿Y qué sería del CDP con su masificación? .