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Publicado el viernes, 6 de abril de 2012
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Viernes Santo

El Viernes Santo es una de las principales celebraciones de la religión del Cristianismo, dentro de la denominada Semana Santa. Este día se recuerda la Muerte de Jesús de Nazaret.

En este día, la Iglesia Católica manda a sus fieles guardar ayuno o bien abstinencia de carne, a fin de hacer propios los sufrimientos de Cristo, y con él, unirnos al sufrimiento de los pobres, los enfermos y aquellos cuya alma está atribulada.

 Liturgia de Viernes Santo

 En la religión católica siguiendo una antiquísima tradición, en este día no se celebra la Eucaristía y se venera la Cruz.

En lugar de la Misa, se celebra la "Liturgia de la Pasión del Señor" a media tarde del viernes, de ser posible cerca de las tres de la tarde, hora en la que se ha situado la muerte del Señor en la cruz. Por razones pastorales puede celebrarse más tarde, pero no después de las seis.

 El sacerdote y el diácono visten ornamentos rojos, en recuerdo de la sangre derramada por Jesucristo en la cruz. Los obispos participan en esta celebración sin báculo y despojados de su anillo pastoral. Al momento de la veneración de la santa cruz, irán descalzos.

 Antes de iniciar la celebración, el templo se presenta con las luces apagadas, y de no ser posible, a media luz. El Altar (y los laterales) se encuentran sin manteles ni adornos, mientras que a un costado de éste, ha de disponerse un pedestal para colocar en él la santa cruz que será ofrecida a veneración.

 El comienzo de esta celebración es en silencio. El sacerdote se postra frente al altar, con el rostro en tierra, recordando la agonía de Jesús. El diácono, los ministros y los fieles se arrodillan en silencio unos instantes. El sacerdote, ya puesto de pie, se dirige a la sede donde reza una oración (a modo de oración colecta).

 En seguida, estando los fieles sentados, se proclaman dos lecturas, la primera del profeta Isaías (el siervo sufriente) y la segunda del apóstol San Pablo, intercaladas por un salmo ("Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu").

 Después de la segunda lectura, sin aclamación, se proclama el relato completo de la Pasión según San Juan, en cuya lectura participan varias personas, leyéndose los papeles de Jesús (por el diácono o el sacerdote), el cronista por una persona y el Sanedrín (las personas que aparecen en el relato) por otro, siendo un seglar el que informa de lo que se va a ir realizando a lo largo de ésta celebración, al igual que en el día anterior. La homilía es algo más breve de lo habitual debido a lo extenso del Evangelio.

Luego tienen lugar las peticiones, hechas hoy de manera solemne por la Iglesia, el Papa, los clérigos, fieles, gobernantes e incluso por los no católicos, los judíos y los ateos.

Después tiene lugar la veneración del Árbol de la Cruz, en la cual se descubre en tres etapas el crucifijo para la veneración de todos. El sacerdote celebrante va a los pies de la iglesia junto con dos personas (diáconos o monaguillos normalmente) que portan unos cirios y va avanzando con la cruz tapada con una tela oscura o roja y la va destapando mientras canta en cada etapa la siguiente aclamación: " Mirad el arbol de la cruz, donde estuvo clavada la Salvación del Mundo", respondiendo los fieles y el coro "Venid a adorarlo", de modo que al llegar al Altar queda totalmente descubierta.

A continuación los sacerdotes besan la cruz y después todos los fieles. Mientras, se suele cantar alguna canción, la única en toda la celebración. Las que están mandadas en el Misal Romano son tres, que se cantan a continuación una de otra: Los "Improperios" o reproches de Jesús al pueblo, el "Crux Fidelis" ("Oh Cruz fiel", alabanzas a la cruz de Cristo), y el "Pange Lingua" (Canta Oh Lengua, himno eucarístico, que se canta durante el traslado del Santísimo Sacramento desde el Monumento al Altar).

Terminada esta parte, se coloca un mantel en el Altar y el celebrante invita a los fieles a rezar el Padre Nuestro como de costumbre. Se omite el saludo de la paz, y luego de rezado el Cordero de Dios, se procede a distribuir la Comunión a los fieles con las Sagradas Formas reservadas en el monumento el día anterior, o sea, Jueves Santo. La celebración culmina sin impartirse la bendición, al igual que en el día anterior ya que la celebración culminará con la Vigilia Pascual, y se nos invita a esperar junto a María la llegada de la Resurrección del Señor, pero mientras tanto, nos recojamos en un profundo silencio y meditemos sobre la Muerte del Señor. A continuación los sacerdotes, diáconos y ministros se marchan en silencio a la sacristía.

 Junto a las ceremonias que tienen lugar en los templos, en muchos lugares se conmemora el Viernes Santo con el rezo del Vía Crucis literalmente el camino de la cruz, donde a través de catorce estaciones se rememoran los pasos de Jesús camino a su muerte. Este suele realizarse en el templo (donde hay representaciones pictóricas de las estaciones) o por las calles en torno al mismo. En algunos lugares existe la costumbre de que algunos fieles, debidamente caracterizados, dramaticen las distintas estaciones.

También es costumbre en algunos lugares la meditación de las "Siete Palabras" que Jesús pronunció en la Cruz.

 En muchos lugares por la mañana del viernes santo, al igual que al día siguiente, suelen predicarse retiros espirituales y se dispone de sacerdotes atendiendo confesiones.

 El Viernes Santo es el único día del calendario litúrgico católico donde no se celebra la Misa, como luto por la muerte del Señor.

En esta acción litúrgica se recoge una colecta, destinada a financiar el mantenimiento de los Santos Lugares de Israel y Palestina, donde vivió terrenalmente Nuestro Señor Jesucristo. Los encargados de mantener estos lugares son los Franciscanos Custodios de Tierra Santa.

 Vía Crucis


 Viacrucis o Vía Crucis 

significa «camino de la cruz» y se refiere a las diferentes etapas o momentos vividos por Jesucristo desde el momento en que fue aprehendido hasta su crucifixión y sepultura.



PRIMERA ESTACIÓN.
Jesús es condenado a muerte
.
SEGUNDA ESTACIÓN.
Jesús con la cruz a cuestas.



TERCERA ESTACIÓN.
Jesús cae por primera vez.

CUARTA ESTACIÓN.
Jesús encuentra a su Madre.

QUINTA ESTACIÓN.
El Cireneo ayuda a Jesús a llevar la cruz.

SEXTA ESTACIÓN.
La Verónica enjuga el rostro de Jesús.

SÉPTIMA ESTACIÓN.
Jesús cae por segunda vez.

OCTAVA ESTACIÓN.
Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén que lloran por él.

NOVENA ESTACIÓN.
Jesús cae por tercera vez.

DÉCIMA ESTACIÓN.
Jesús es despojado de sus vestiduras.

UNDÉCIMA ESTACIÓN.
Jesús es clavado en la cruz.

DUODÉCIMA ESTACIÓN.
Jesús muere en la cruz.

DECIMOTERCERA ESTACIÓN.
Jesús es bajado de la cruz y entregado a su Madre.

DECIMOCUARTA ESTACIÓN.
Jesús es colocado en el sepulcro.



 La Vía Dolorosa 

es una calle de Jerusalén que según la tradición corresponde al camino por el cual Jesús, con la cruz a cuestas, fue conducido al lugar de su crucifixión.


 Vía Crucis Bíblico 

El Vía Crucis Bíblico es un esquema de Vía Crucis elaborado según el Nuevo Testamento, esta propuesta aparece por primera vez en El Libro del Peregrino que se ofreció para el Jubileo o Año Santo de 1975, allí estaba el esquema tradicional, así como el esquema bíblico. En 1991 el Vía Crucis de Juan Pablo II en el Coliseo se presentó siguiendo el esquema bíblico.

wikipedia.org

Publicado en fecha: viernes, abril 06, 2012.
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