Publicado el viernes, 13 de abril de 2012
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Triste reflexión ecológica
“Costas de Barahona, Paraíso, Enriquillo, Juancho, Pedernales, Cabo Rojo… os contemplé y me asombré.”
El hombre ha vivido más ocupado en conquistar el mundo que en conservarlo, apropiándose de todo sin compartir nuestro solar común.
¡Cuántos relatos hemos leído donde se perpetúa la idea de conquistar el mundo para someterlo por completo!
Y no fue hasta comienzos del siglo XX, cuando surgieron las primeras instituciones de defensa de la naturaleza: WWF, UICN, Amigos de la Tierra, Greenpeace, que nos hicieron despertar y motivaron para elevar muchas voces en defensa de un planeta – que se nos marchita -.
Como nos dice Mario Burgui en su “Etica Medioambiental” – se empieza a prestar atención al papel del hombre en función de su responsabilidad respecto al resto de los seres vivos y al mundo físico -.Las futuras generaciones van a heredar un mundo en peores condiciones del que conocimos nosotros y miramos hacía los que detentan el poder o aspiran a lo mismo, para seguir poniendo en peligro la vida sobre nuestra tierra.
Necesitamos controlarles para que el desarrollo sostenible, no se quede en recurso oratorio vacío en boca de tanto vagabundo de la politiquería local que espera impresionar en su medrar en búsqueda de prebendas o “botellas” infames, mientras que el territorio se sigue enfermando y cuantos trabajamos por su defensa, optamos por dejaros solos ante un incierto destino pues no nos hacéis ningún caso.
El jefe indio Seathl, dirigiéndose al Presidente Peerce de los EE.UU en 1854 – dejó un gran mensaje:
“Cuando los búfalos sean exterminados, los caballos salvajes amansados, y saturados los rincones secretos de los bosques… ¿Dónde estará el águila?... Se habrá ido y la esencia de la vida empezará a extinguirse”…
Tantas aves que nos visitaban, peces autóctonos que poblaban nuestros lagos, ahora convertidos en recuerdos de otros tiempos por culpa de nuestros vecinos depredadores que acabaron con todo por no aprender a vivir de sus entornos sin asfixiarlos.
Cuantas tortugas de Carey que no nacerán por arte y gracia de unos seudo-pescadores de Cabo Rojo, que se comen sus huevos…
¿Cuánta basura habrá que acumular el Caribe para que por fin muera, entre plásticos, peces invasores, o hidrocarburos desprendidos del Konstantino en Isla Beata?
Pero aquí no pasa nada. Esto no tiene madre… sigan jugando… ¡No se merecen que nadie les ayude.. porque ustedes no quieren cambiar, sigan mendigando nuestros gobernantes ayuda internacional…
PUBLICADAS POR TEUDDY A. SÁNCHEZ
POR DARIO POZO RUZ
Para Ecos del Sur.
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