Publicado el jueves, 12 de abril de 2012

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Sentado en mi lugar reflexivo de preferencia (el asiento de la guagua voladora que tomo cada día para retornar a mi hogar) me doy cuenta de que la mujer en su intento emancipador ha podido lograr muchas cosas como son tener derecho a las elecciones (aunque no hayan muchas opciones aquí…), derecho al trabajo (eso mejor ni lo mencionábamos), derecho al estudio, entre otras. Algo muy admirable ya que es el lugar que merecen en nuestra sociedad y sobretodo que sin ellas será imposible construir una sociedad más evolucionada que la nuestra. Pero también existen contradicciones en su loable intento de independizarse ¿Por qué? Porque el sexo femenino en general (salvo excepciones claro está) quieren y no quieren a la vez igualdad. Desean tener el mismo derecho en el campo laboral que el género masculino, sin embargo quieren que se aprueben leyes en contra del feminicidio y/o la violencia en contra de la mujer.

Creo que en una sociedad donde el sexo femenino goce de los mismos derechos que el sexo masculino es incongruente que se produzcan leyes en contra de la violencia contra un género. ¿Por qué? Pues porque si hacemos eso le damos distinción a un genero y por tanto no habrá la perseguida “igualdad”.  Que en nuestro país el asesinato de mujeres a manos de su pareja sentimental es algo alarmante, es cierto, pero la manera de combatir esto no es con marchas sin sentido y tampoco invirtiendo ríos de dinero a una cruzada sin sentido. ¿Qué se debe perseguir cambiar en una sociedad “equitativa”? la violencia, simple, no contra la mujer, no contra el niño pero tampoco contra el hombre.  ¿Por qué crear leyes contra el feminicidio si ya existen leyes contra el homicidio? ¿Por qué otorgarles distinción si merecen igualdad?

Claro que hay excepciones como lo son las mujeres embarazadas, personas incapacitadas, niños hasta cierta edad y gerontes. Pero en mi islita he podido ver cómo tanto mujeres como hombres tornan su cabeza cuando se monta en "la guagua" una persona con alguna de las condiciones antes mencionadas.

 En conclusión debemos trabajar contra la violencia, contra el homicidio, contra la ignorancia, contra la falta de cultura de nuestro país, algo que no se logra con un 4% del PIB sino con que solo nosotros nos sentemos a analizar y a pensar que debemos hacer para lograr el cambio, un cambio que no lo brindara ningún partido político, mucho menos un candidato.