¿Cómo se mide la vida?
No se mide por las personas que has besado. No se mide por la fama de tu familia, por el dinero que tienes, por la marca del carro que manejas, ni por el lugar donde estudias o trabajas.
No se mide ni por lo guapo ni por lo feo que eres, por la marca de ropa que llevas, ni por los zapatos, ni por el tipo que música que te gusta.
La vida, simplemente, no es nada de eso…
La vida: Se mide según a quién amas y según a quién dañas. Se mide según la felicidad o la tristeza que proporcionas a otros. Se mide por los compromisos que cumples y las confianzas que traicionas.
Se trata de la amistad, la cual puede usarse como algo sagrado o como un arma.
Se trata de lo que se dice y lo que se hace y lo que se quiere decir o hacer, sea dañino o benéfico.
Se trata de los juicios que formulas, por qué los formulas y a quién o contra quién los comentas.
Se trata de a quién no le haces caso o ignoras intencionalmente.
Se trata de los celos, del miedo, de la ignorancia y de la venganza.
Se trata del amor, el respeto o el odio que llevas dentro de tí, de cómo lo cultivas y de cómo lo riegas.
Pero por la mayor parte, se trata de sí usas la vida para alimentar el corazón de otros.
Tú y solo tú escoges la manera en que vas a afectar a otros y esas decisiones son de lo que se trata la vida…
Fuente: Reflexiones diarias.