Probó el elixir de la eterna juventud consciente de que se trataba de un placebo pero con la esperanza de retrasar un poco la llegada de la temida arruga.

Pero es ahora, años después, cuando se ha dado cuenta de que ésta es mucho más digna que cualquier máscara artificial. La actriz francesa Emmanuelle Béart ha emprendido una campaña contra la cirugía estética. Arrepentida tras la "chapuza" que le hicieron en los labios, quiere alertar de los peligros del quirófano.


"Hoy puedo decir que estoy contra la cirugía estética, porque es un acto grave del que no medimos las consecuencias. Es una acción que toca el alma". Contundente 'mea culpa' de quien con 27 años decidió retocarse los labios. "Es un enigma, una chapuza (...).

Si alguien se hace retocar alguna parte del cuerpo es porque no lo soporta, no puede vivir con ello", ha dicho la actriz, quien se encuentra actualmente en plena promoción de la pieza 'Trovarsi', de Luigi Pirandello. Aunque han pasado ya dos décadas de su paso por el quirófano, la francesa dice seguir profundamente afectada por la decisión. "Hay mujeres que aseguran que la cirugía les ha hecho más fácil la vida pública. Y otras que declaran sentirse profundamente afectadas por ello.

Yo pertenezco a estas últimas", ha declarado en las páginas del diario galo 'Le Monde'. Si con sus 20 lozanos años temía envejecer, ahora su miedo es otro muy distinto. "He tenido un choque por todo eso, también por la mirada de los otros, ha sido espantoso.

Hoy solo la idea del pinchazo me aterroriza", ha confesado la intérprete de películas como 'Misión Imposible', de Brian de Palma, o 'El tiempo encontrado', del cineasta chileno Raúl Ruiz. Desarraigo La francesa alerta sobre las consecuencias psicológicas de este intento por eliminar los complejos físicos. Aunque la cicatriz desapareció pronto del cuerpo, la herida, al menos en su caso, siempre quedó abierta.

"Podemos hablar de desarraigo: tenemos la sensación de estar obligados a convertirnos en otra persona para existir plenamente", ha confesado la interprete al citado periódico. Béart culpa a la industria cinematográfica de la presión a la que, asegura, se ven sometidas las actrices que, como ella, comienzan a peinar alguna cana que otra.

"No es fácil hacerse mayor en este negocio. Sobre todo cuando se es una mujer. Algunos se refugian en el alcohol", ha afirmado la diva gala, a la que, a pesar de sus miedos, nunca le faltó trabajo, y ahora está a punto de estrenar la cinta 'Bye, Bye Blondie', de la realizadora Virginie Despentes. La intérprete es una de las pocas operadas confesas.

El quirófano sigue siendo un tabú en Francia, donde pocas han reconocido haber recurrido al bisturí. Desde la misma Carla Bruni, que ha hecho uso del Botox para mantenerse más lozana, hasta divas del celuloide como Catherine Deneuve, quien se ha sometido a varios liftings, muchas se han sometido en mayor o menor medida a la cirugía para conservar su belleza.

Hoy Emmanuelle Béart asegura no juzgar a quienes han hecho lo mismo que ella ya que, a su juicio, se trata de personas con falta de confianza en sí mismas. "Nunca haré algo tan repugnante como criticar a alguien que lo ha hecho. Es su problema", ha dicho la actriz, quien asegura haber encontrado en el teatro un refugio, "el salvador", en sus palabras, que le permite envejecer en paz y "sin complejos físicos".

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