Al evaluar la dinámica económica que imprime el cultivo del café en la zona rural y hasta urbana, pienso que este renglón de la economía debe ser más atendido por las autoridades del gobierno, cosa que no sucede, encontrándose el sub sector, en el Día del Café, en una situación peor que como estaba hace siete meses, pues todos conocemos el esfuerzo que se venía haciendo desde los proyectos agroforestales, que han sido abandonados por las actuales autoridades gubernamentales, las cuales mantienen deudas con los productores y el personal de apoyo, lo que amenaza seriamente su autoestima que, por lo menos en el sur, había mejorado.

Es necesario que los caficultores sean auxiliados, pues con ello logramos mejorar la economía rural y de paso preservamos los recursos naturales, que de no atenderse la caficultura podrían afectar el medio ambiente, y por consiguiente, el abandono del campo, lo que aumentaría la pobreza rural y más gentes en los cinturones de miseria de las ciudades.

Si vemos la presión que reciben las autoridades por la sobreprotección en cultivosde ciclo corto, como son papa, cebollas, zanahoria, entre otros, con el café no ha sucedido ni sucederá, pues de los 700 mil quintales que consume el país, sólo producimos 200 mil, lo que permite que el Estado mejore la producción y productividad, sin temor de que esto se convierta en un problema de oferta y demanda.

Más bien, el éxito en la producción mejora la economía rural, disminuye la compra en otros mercados, mejora la entrada de divisas, mejora el clima (por ser un cultivo protector del medio ambiente) y genera empleos, al ocupar mano de obra ociosa.
Como vemos, en el café no gastamos, invertimos, es hora del pago por SERVICIO AMBIENTAL.