La ingratitud del poder y el olvido de sus funcionario
Por Arquímedes Sosa
En la República Dominicana el comportamiento de los hombres en su paso por el escenario público está lleno de importantes episodios e increíbles vicisitudes que retrata de cuerpo entero las veleidades del alma humana.
Dentro de esas veleidades y bajas pasiones que con frecuencia brotan del comportamiento y temperamento de los políticos y los hombres públicos los rasgos que con mayor ímpetu de catástrofe sobresalen en su personalidad son la ingratitud y la falta de solidaridad al momento de llegar al poder.
Se olvidan esos hombres, como es el caso ALEJANDRO MONTAS, director de la CAASD, que el poder es efímero, una sombra, una prostituta que al igual que la fama, hoy está con ellos, pero mañana estará con otros sin el más mínimo pudor y compromiso.
No es posible que importantes funcionarios palaciegos a cerca de dos años de gobierno, estén exhibiendo una inexplicable amnesia o indiferencia con periodistas y compañeros que se la jugaron para llevar a Danilo Medina al Palacio Nacional cuando nadie daba la cara.
Me resisto a creer, que esos encumbrados funcionarios hayan olvidado a la mayoría de los compromisarios y compañeros de ruta que verdaderamente estuvieron en primera línea en aquellos días de fría soledad entre 2006-2007.
Es increíble que hayan olvidado de igual manera, los momentos agotadores de la campaña en donde faltaba espacio y tiempo para compartir con la familia por estar de provincia en provincia tras ese sueño que hoy es realidad.
Pero nada, todo eso se ha olvidado, al parecer, hoy tienen preferencia aquellos que no dieron la cara, esos que merodearon en sombra y llevaban hasta el último filo el cuchillo con intenciones de arrasar la rosa en el 2012.
Hoy ¡Oh ironía del destino!, no les perdone Dios que ellos saben lo que hacen. Que sigan su fiesta, pero que no olviden que como dijo el poeta español Antonio Machado “Todo pasa y todo queda”.