Publicado el domingo, 9 de febrero de 2014

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PEDERNALES, (Rep.Dominicana).-El mercado dominico-haitiano se desarrolló este viernes, en el mismo se registró la venta de huevos y pollo con mayor facilidad, el negocio comenzó a sufrir bajas después que entró en veda en el vecino país de Haití, en ese entonces, compatriotas irrumpían contra sus ciudadanos que compraban esos alimentos.
Este viernes, al parecer todo llegó casi a la normalidad, los haitianos compraban sin miedo y restricciones, dado a la facilidad con que circulaban hacia su territorio, debido al acuerdo en que han quedado las autoridades de ambos países, para exportar pollos y huevos.
El mercado es uno de los componentes de la canasta familiar entre dominicanos y haitianos, mientras que comerciantes de ambos territorios se benefician de ese negocio, que en definitiva hace vida común con la familia.
El comercio binacional está establecido dos veces a la semana en esta parte con Haití y, tanto haitianos como dominicanos, se trasladan de lugares lejanos de ambos lados de la isla a ejercer compras de productos y mercancía, unos que otros para revender y obtener alimentos de la canasta familiar.
En esta parte del territorio dominicano, los haitianos reciben buena solidaridad, al extremo que se le permite no solo comprar y vender en el mercado binacional, sino que también caminan las calles del poblado vendiendo ropas, zapatos y, todo tipo de mercancías que en las mayorías de los casos son adquiridas por habitantes de esta ciudad del sur del país.
Lunes y viernes de cada semana en el mercado binacional se vende de todo, sin restricciones, solo con la vigilancia oficial, para evitar escapes de drogas y productos como el ajo, arroz y habichuelas, estos últimos restringidos por las autoridades dominicanas.
QUEJAS
Sin embargo, compradores de pollo se quejaron de que la libra de pollo es vendida a sobre precio, por encima de lo establecido por los dueños de granjas.
NIÑOS PEDIGUEÑOS
También se puede describir que los haitianos en esta parte del Sur son aceptados en cualquier condición, pues muchos de esos compatriotas con problemas mentales viven y duermen en calles y lugares de Pedernales, mientras las autoridades se mantienen indiferentes y no actúan para repatriar a esos indocumentados.
En el entorno de Pedernales no es raro ver a niños pedigüeños circulando por las calles de la ciudad y varios enajenados mentales con paquetes de ropas usadas y hasta recogiendo desperdicios en los basureros.
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