Publicado el martes, 26 de julio de 2011

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Fello nace en la década de la dignidad nacional, la de los años '60, época de grandes acontecimientos en el país y otras latitudes; en especial, ve la luz, un poco más, un poco menos, en los tiempos del evento que más ha marcado la conciencia nacional en toda su historia, cual es la Guerra de Abril de 1965. Lo que indica que sobre sus hombros pesa un compromiso de una dimensión para nada despreciable. El líder político pertenece a una generación de individuos estudiosos, formales, decentes, en fin, de grandes ideales.

Alfredo Carrasco, entrañablemente Fello, es la inquietud hecha persona. Varias anécdotas hablan de esta condición suya. Actualmente, la máxima autoridad municipal del pueblo. De trato amable. Sin doblez. Humilde. Sin pose. Llega otra vez a la alcaldía de Jaragua, no por otra razón, sino por el carisma y la simpatía que despierta a flor de piel en gente de diferentes edades. Le adorna un atributo, no muy común en el grueso de los políticos dominicanos: la visión del poder. Que haya sido elegido como alcalde por votantes de todos los partidos, es otra victoria que se apuntó, en esta ocasión de orden moral, un valor que jamás debería perder de vista en su carrera política.

Viene a la memoria el juego de pelota en que Fello participaba junto a Freddy Servio, Otto Ñeña, Jesús Tutula, Eddy Roselia, Ningo Temo, Ñiño Aulana y otros jóvenes de aquellos entonces en el play y las calles de El Barrio; por igual, las kilométricas tertulias celebradas al frente de la casa de Machón Cabo Lelo (E. P. D.) en horas de la noche; lo cual nos lleva a pensar, que este último lugar fue una tribuna abierta donde se prefiguraron los sueños y la visión política de lo que es hoy Fello el político. Eso sí, buen jugador de pelota, bien que en sus inicios. Ahora, lo que no logramos aún entender del también Fello Gaveta o Fello Culele, es la racha de "ponches" de la que nunca pudo reponerse al final (el pobrecito), probablemente, porque ya era otro el rumbo al que había dirigido sus inquietos pasos, del cual, su rol actual puede ser una muestra más que inconfundible.

Líder natural al fin, una voz como la suya -- pensamos -- debería servir de apoyo a la del reconocido legislador Rafael Méndez, en cuanto al avance de fórmulas al desastre nacional que representa las crecidas del Lago Enriquillo. Y más, cuando hay un capítulo de fondos disponibles en un organismo multilateral para paliar en parte tales efectos. Todo es asunto de empezar a hacer los trámites en esa dirección, cuestión de saber hacer más majarete y de mejor uso de la hermenéutica en el tinglado del poder político.

Sin ataduras de ningún tipo, ni de hacha que afilar, ni de segundas intenciones -- no es nuestro estilo --, más por la estima y el reconocimiento que le profesamos, apostamos al proyecto municipal que desarrolla el alcalde Alfredo Carrasco en el Ayuntamiento de Jaragua. ¡Salve, Roma! ¡Salve, Roma! ¡Con funche o sin funche pa' Fello! -- ¡¿oyó, Cleury?!

Lic. Alex Ferreras